La moda forma parte de nuestro día a día. Más allá de su utilidad básica, nuestra ropa y nuestros complementos son una herramienta para expresarnos, manifestarnos y demostrar quiénes somos.
Vestir como queremos también puede ayudarnos a subir la autoestima, vernos más guapos y sentirnos mejor con nosotros y con los demás. Y, sobre todo, nos ayuda a encajar: no olvidemos que, con o sin discapacidad, lo primero que mostramos es nuestra imagen.
Hasta ahora, la relación entre moda y discapacidad se había centrado en la fabricación de prendas adaptadas para mayor comodidad de los usuarios al realizar sus actividades cotidianas. Es decir, se basaba únicamente en la funcionalidad olvidando la parte estética.
Por suerte, las cosas han cambiado y en los últimos tiempos existen marcas que diseñan colecciones para personas en silla de ruedas o con prótesis. Y no sólo eso: también organizan desfiles para modelos con diversidad funcional.
¿El resultado? La moda y la discapacidad van de la mano para crear tendencias pero también como herramienta de inclusión laboral y social.
Moda y discapacidad para romper barreras
Todo el mundo puede vivir la moda sin barreras. Cada vez más, las prendas adaptadas mantienen el aspecto convencional sin renunciar ni a las tendencias ni a la funcionalidad, lo que ofrece a las personas en silla de ruedas un sinfín de posibilidades para vestir.
Aun así, marcas y diseñadores se enfrentan a tres grandes retos al pensar en moda y discapacidad:
- Asumir que los cuerpos son diversos y heterogéneos para, después y acorde con esta realidad, articular sus creaciones y acciones. Pensemos que esto no sólo beneficia a las personas con discapacidad: también puede servirnos para acercar la moda a personas que no encajan dentro de los estándares de la industria.
- No perder nunca de vista la funcionalidad. La ropa no sienta igual de pie que sentado. Lo mismo ocurre con cremalleras o botones: a veces, estos detalles de la prenda se convierten en auténticos obstáculos para las personas con diversidad funcional. Por tanto, muchas veces no se trata tanto de “adaptar” las prendas a las personas con discapacidad sino de crearlas pensando directamente en ellas. En definitiva: crear para la diversidad también es beneficioso para todos.
- Normalizar. Además de crear colecciones de ropa adaptada, hay que subir a la pasarela a modelos en sillas de ruedas, con muletas, con prótesis o con discapacidad intelectual o sensorial. Generalmente, y como ocurre en muchas otras situaciones de la vida, el primer paso para la normalización es la visibilización.
“Modelos de la diversidad” y otros proyectos sobre moda y discapacidad
Un ejemplo de unión entre moda y discapacidad sería el trabajo del diseñador italiano Antonio Urzi, quién se ha convertido en promotor de la moda inclusiva en grandes pasarelas como Milán o Nueva York.
En la pasarela italiana, lo hizo con una arriesgada creación para Jack Eyers en el que su prótesis aparecía completamente al descubierto, como integrada en el diseño. En el segundo caso, convocó un casting de modelos para la colección “FTL Moda Loving You” en el que modelos con y sin discapacidad desfilaban juntos.
Otros ejemplos internacionales que integran moda y discapacidad serían las agencias “Models of diversity”, “Zebedee” y la escuela de modelos “Osóbaya”, especializadas en promover la diversidad (en todas sus variantes, incluida la discapacidad física) sobre las pasarelas. Esta última, ubicada en Rusia, también promueve espectáculos de moda profesionales protagonizados por modelos con discapacidad y es la entidad encargada de organizar diversos concursos de moda para personas en silla de ruedas, personas con movilidad reducida y personas que utilizan muletas o andadores para moverse.
Precisamente también es en este país donde, en 2011, se organizó por primera vez el concurso “Bezgraniz Couture”, que animaba a diseñadores profesionales a realizar colecciones pensadas para la discapacidad. En el año 2014 algunos de estos diseños se mostraron en la Mercedes-Benz Fashion Week Rusia.
Moda y discapacidad en España
En España también tenemos referentes nacionales en lo que a moda y discapacidad se refiere. Proyectos como “Fashion Able” liderado por Predif y el Instituto de Biomecánica de Valencia o empresas como Marlo ofrecen respuesta a las necesidades para personas con discapacidad entorno a la moda.
Y si hablamos de moda y discapacidad con nombre propio, no podemos olvidarnos de la youtuber y Personal Shopper Paola Torres, una chica con Síndrome de Down que gestiona su propio canal sobre moda y que ha fundado la “Escuela de Imagen y moda fácil”, donde ofrece talleres para ayudar a personas con discapacidad a mejorar su imagen.
También tenemos los casos de Patricia Santana y Débora Espinel, que han sido protagonistas de diversas campañas de Sunrise Medical. Patricia fue la primera española en silla de ruedas que desfiló en Nueva York.
Patricia Santana durante una sesión fotográfica con la Quickie Neon2
Débora por su parte, se ha convertido en uno de los rostros habituales de la revista Vogue.
Débora Espinel en una sesión fotográfica con la Quickie Krypton F
Tres experiencias personales que nos demuestran que vivir la moda con discapacidad, también de forma profesional, es totalmente posible.
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